Es el fruto de un arbusto nativo de China, de hoja perenne que puede crecer entre 3 y 8 metros (aunque en Inglaterra apenas supera los tres metros de altura), con una vida media de 80-100 años.
Es una de las plantas más usadas desde la antigüedad, tiene poderosas propiedades terapéuticas y sanadoras además de ser un perfecto limpiador de espacios y liberador de malas energías. Las semillas de anís quemadas junto con incienso aumentan y potencian los poderes psíquicos de quien lo respira y estimula el crecimiento de estos poderes psíquicos, así como el uso consciente de ese poder dándole fuerza y energía. Su uso en la magia ha venido desde la antigüedad, se decía que los yerberos y chamanes lo utilizaban para alejar los malos espíritus y para limpiar el aura de las personas. Además es un potente elemento mágico y esotérico contra las malas energías y el mal de ojos.
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