El arcángel Uriel es uno de los siete arcángeles. Se le llama «Ángel de la Presencia de Dios» por ser reconocido como uno de los siete espíritus que están ante el trono de Dios que se menciona en el Evangelio de Juan.
El nombre «Uriel» significa «el fuego de Dios». Representa la fuerza todopoderosa del espíritu de la vida. Su atributo es una llama de fuego que representa su misión de despertar la conciencia de los seres humanos con el fuego de la verdad. Puede llevar consigo un libro o pergamino. Este atributo representa su papel de observador divino. Lleva la cuenta de los sentimientos, pensamientos y actos de los seres humanos durante su recorrido por la vida.
A Uriel se le representa vestido de rojo o anaranjado y dorado, colores relacionados al fuego y a sus cualidades de transformación, destrucción del mal e iluminación espiritual. Son además los colores del Sol, el astro con el que John Milton asocia a Uriel en su obra «Paraíso perdido».
El arcángel Uriel es el patrón de los que buscan eliminar la ignorancia. Protege a los maestros, líderes espirituales, sacerdotes, filósofos, rabinos, gurús, ministros y a todos los que aman la sabiduría espiritual. Es el arcángel de la flama rubí. Fomenta el servicio divino y es el líder de los ángeles guardianes. Con su llama divina ayuda a esparcir la verdad y la sabiduría por el mundo.
Todas las cualidades del arcángel Uriel lo hacen el arcángel protector de la espiritualidad, la sabiduría y la devoción por la verdad. Junto con el Ángel de la Guarda, Uriel vela porque el camino del ser humano sea recto y su visión clara. Su llama enciende en el ser el deseo de servir en la misión de despertar la conciencia humana para lograr alcanzar la paz y la gloria de Dios.